viernes, 10 de octubre de 2008

XXVIII Vigésimo Octavo Domingo del Tiempo Ordinario - Ciclo A - 12 de Octubre de 2008, Nuestra Señora del Pilar

Evangelio de N.S.J. según San Mateo:
Jesús les habló otra vez en parábolas, diciendo: "El Reino de los Cielos se parece a un rey que celebraba las bodas de su hijo. Envió entonces a sus servidores para avisar a los invitados, pero estos se negaron a ir. De nuevo envió a otros servidores con el encargo de decir a los invitados: 'Mi banquete está preparado; ya han sido matados mis terneros y mis mejores animales, y todo está a punto: Vengan a las bodas'. Pero ellos no tuvieron en cuenta la invitación, y se fueron, uno a su campo, otro a su negocio; y los demás se apoderaron de los servidores, los maltrataron y los mataron. Al enterarse, el rey se indignó y envió a sus tropas para que acabaran con aquellos homicidas e incendiaran su ciudad. Luego dijo a sus servidores: 'El banquete nupcial está preparado, pero los invitados no eran dignos de él. Salgan a los cruces de los caminos e inviten a todos los que encuentren'. Los servidores salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, buenos y malos, y la sala nupcial se llenó de convidados. Cuando el rey entró para ver a los comensales, encontró a un hombre que no tenía el traje de fiesta. 'Amigo, le dijo, ¿cómo has entrado aquí sin el traje de fiesta?'. El otro permaneció en silencio. Entonces el rey dijo a los guardias: 'Atenlo de pies y manos, y arrójenlo afuera, a las tinieblas. Allí habrá llanto y rechinar de dientes'. Porque muchos son llamados, pero pocos son elegidos".
...Palabra del Señor...Gloria a Ti, Señor Jesús.
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Esta Parábola no aparece en los otros Evangelios, es una fórmula exclusiva de Mateo en su forma, que sólo aparece una similar en enseñanza y contenido en Lc (14,16-24), pero que difiere en su forma. La exégesis del Padre Cstellani señala que, como Mateo escribe para una audiencia Judía, y Lucas para un auditorio pagano, Mateo remarca la inclusión de los paganos (los no-judíos) por parte de Dios: ellos también están llamados al banquete.
Es una Parábola llena de símbolos: El Rey es Dios, El Hijo y su Esposa representan a Jesucristo y a su Iglesia. Los Siervos a los fieles a Dios que llevan su "invitación", su Palabra, y que, a pesar de hasta ser matados, invitan, llevan su mensaje hasta dar la vida por su Rey. El Banquete es el Reino Celestial, y el "arrojarlo" es el infierno, donde hay "llanto y rechinar de dientes". Es una Parábola sobre la Salvación Universal y Particular.

San Jerónimo dice que los siervos son Moisés y los Profetas, porque invitaban sin ser escuchados.
San Hilario dice que los siervos son los Apóstoles. Juan Crisóstomo que los primeros invitados son todos los hombres, desde Abraham en adelante.

El simbolismo de los "toros" o “mis terneros y mis mejores animales” como aparece en traducciones más generales, quiere decir aquellos que agradan al Señor.
En la Vulgata aparece “tauri mei” [mis toros], en la Nácar Colunga se traduce como “mis becerros”) Pero en todos los casos se refiere a sus mejores animales, y por eso San Gregorio dice que representan a los Padres, profetas, Jueces, Justos del Antiguo Testamento, etc. Porque “herían con el cuerno de su virtud corporal a sus enemigos”, pro eso los llama “toros”.

Estaba todo cumplido ya, por eso ahora viene el banquete. A la llegada de Jesús le sigue el Banquete Celestial y eso es lo que quiere destacar el Evangelista, aquél elemento fundamental que es el estado final de los infieles a la Ley de Dios, la Ley del Amor, de aquellos que viven desechando a Dios.

Uno de los elementos únicos es que San Mateo hace incapié que será una Parábola: “Jesús les habló otra vez en Parábolas diciendo…”, pero a continuación dice “El Reino de los Cielos se parece a…”, es decir, eso ya no es Parábola, sino una “alegoría” como dice Manuel de Tuya “es una alegoría con elementos parabólicos”

Las Parábolas normalmente son historias reales, cuentos, inventados o basados en hechos que contecieron a Nuestro Señor. Pero nunca son fantásticas, irreales, pues su finalidad es que la audiencia comprenda de inmediato. Pero acá parece traernos el evangelista una alegoría más que una Parábola. La Alegoría es una metáfora, es decir, una narración ficticia, que también busca enseñar, pero para audiencias más "poéticas", que en este caso son lso Judíos, que ya conocían la Ley y la Historia de la Salvación. Pero San Mateo narra una Parábola bastante irreal.
No es habitual mandar a hacer un banquete, tenerlo listo, todo preparado, incluso los animales ya preparados y después hacer llamar a los invitados. Tampoco es habitual que los invitados de un Rey, rechacezn su invitación, allí donde se trata de ser invitados por honor a una celebración real, comúnmente el ser humano no quiere faltar, ni tampoco quiere ausentarse allí donde va a haber comida a destajo. San Mateo quiere resaltar un elemento: el insólito banquete. Lo que sucede es que quiere decir que este banquete no es un banquete humano, sino divino, por lo tanto no se mira con ojos humanos, supera con creces cualquier racionalidad humana, porque aquella otra está movida pro el amor infinito de Dios y pro la sabiduria y Justicia infinita de Dios.
También es sumamente irreal que los invitados golpeen y maten a los siervos que sencillamente van a invitar a una celebración real. Luego, el banquete comienza sin el Rey presente, otro elemento inusual más: “Cuando el Rey entró para ver a los comensales…”, nunca se ha visto que un banquete comience sin que el Rey esté presente.
La razón de esto es que Nuestro Señor quiere destacar más que en las Parábolas anteriores, un elemento doctrinal fuerte, o más bien 4 elementos doctrinales por medio de 4 alegorías (más que Parábolas), que, en palabras de Manuel de Tuya son:

1) La Alegoría de los invitados descorteses e invitación de nuevos comensales (v.1-5.8-10). Dios invita al Pueblo de Israel, pero muchos le fueron infieles, por lo que decidió invitar a "muchos" (pro multis), y el universo sobrepasa al Pueblo de Israel: prostitutas, ladrones, paganos, romanos, ¡samaritanos! (cosa que vuelve loco a los judíos)

2) La Alegoría del castigo infligido por el rey a los que mataron a sus siervos (v.6-7). Sobre el castigo no hablaremos, pero sería un tremendo tema, pues muy poco se habla de la Justicia de Dios, y el mundo de Hoy parece haberla olvidado, sin embargo en este pasaje evangélico se tiene muy presente.

3) La Alegoría del «vestido nupcial» (v.11-13). Sobre esta alegoría vamos a tratar de extraer una mayor "lectio" más abajo, dado que es la que urge por su vigencia y actualidad.

4) Y la Sentencia doctrinal final (v.14). "Muchos los llamados y pocos los escogidos"

Para el siervo de Dios, Juan Pablo II el Grande, esta Parábola posee una vigencia extraordinaria, pues representa un llamado de atención a todos los llamados hoy “católicos a mi manera”. El elemento que llama la atención al santo varón de Dios, es que finalmente el Rey logra tener convidados a su banquete, pero de todas formas no era un Rey desesperado que queria que cualquiera entrara, sino que su exigencia se mantenía incólume. Y los católicos a mi manera, quieren entrar al banquete, pero “con sus propios vestidos”, es todo aquél que quiere acomodar la doctrina de Dios. Dice Juan Pablo II: “Eso explicaría aún mejor el significado de ese detalle de la parábola de Jesús: la responsabilidad no sólo de quien rechaza la invitación, sino también de los que pretenden participar sin respetar las condiciones exigidas para ser dignos. Lo mismo se ha de decir de quien se considerase o se declarase seguidor de Cristo y miembro de la Iglesia, sin llevar el «vestido nupcial» de la gracia, que engendra la fe viva, la esperanza y la caridad”, frase que complementada con la exégesis de este Evangelio que hace el Padre Castellani nos da un marco de referencia a lo que nos puede ocurrir por no velar por la excelencia de la doctrina, de la caridad, de la docilidad a la Gracia: “El pecado a los ojos de Dios es diferente que a los ojos de los hombres; para los hombres el pecado no parece cosa muy importante, e incluso a veces los pecados son "los negocios", como en el caso de los prestamistas, cuyo negocio es la usura; los politiqueros, cuyo negocio es la mentira; y los periodistas adulones, cuyo negocio es la prostitución dela palabra humana; pero es una ofensa directa para Dios, creador y vengador del orden, comendador y legislador de lo Justo, Limpieza Infinita.”

¿Qué será de nosotros? ¿Estamos al resguardo de todo rechazo? ¿Estamos de veras seguros de no alejarnos más del Reino, de no ser echados de la fiesta hacia las tinieblas de afuera?, por no estar “revestidos con las armas de la fe”
"Amigo, ¿cómo has entrado aquí?"... Fuera de la parábola, esta pregunta es dirigida a cada uno de nosotros, que nos encontramos ahora en la gran sala nupcial que es la Iglesia, para el banquete que es la Eucaristía. Nos obliga a volver a entrar en nosotros mismos y a preguntarnos si también nosotros no estamos aquí sin la vestimenta apropiada, si no estamos por azar, por hábito, sin tomar parte y tener interés por lo que se desarrolla; si no estamos también nosotros con el corazón ausente y la mente perdida en el propio terreno y los propios asuntos. No nos vaya a decir el Señor: “¿, cómo has entrado aquí sin el traje de fiesta?
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CM

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